martes, 22 de noviembre de 2011

Tomando medidas

Esta bruja sabe muy bien como llevarme al huerto, desde luego. Anoche, de lo mas calmadita, no se quedo a jugar con el ordenador, me abrazó mientras dormía, esta mañana me ha preparado el desayuno, y ha desayunado sin hacer cosas raras. Vamos, no es que yo piense mal, pero es mucha casualidad que haya decidido portarse bien asi de repente.
De todas formas, el castigo estaba decidido, y no lo iba a suspender. Ayer se lo explique, otra vez, al acostarnos, en susurros, y hoy, cuando he vuelto del trabajo, se lo he vuelto a explicar. Y no le he tenido en cuanta que no habia preparado el taburete, lo he tenido que hacer yo mismo.
Se que le tiene panico al cinturón. Además, no lo habia vuelto a probar en serio desde el dia que le pille cogiendo el coche de las narices, y aun ese dia la cosa fue breve.Después, si le sacudi un poco otro dia pero fui bastante suave. Hoy le tocaba. Si no soy un poco duro con ella de vez en cuando me torea en cuanto me descuido.
Lo ha intentado todo. Primero, ponerse cariñosa, y luego hacerse la buena, y luego lloriquear antes de tiempo.
-Ahorrate las lagrimitas, que te ven a hacer falta.
-Pero mi amor, no fue para tanto. Por una bromita de nada. No es tan grave...
-No, en realidad, no es muy grave-He reconocido- Lo que pasa, es que es una muestra mas de que necesitas que te discipline a conciencia, y es lo que voy a hacer. Ponte sobre el taburete.
No me ha obedecido. Pero yo creo que se queda paralizada cuando me ve quitarme el cinturon.Se lo he repetido, y finalmente, le he cogido de la muñeca le he ayudado a colocarse.
Finalmente, le habia dicho que lo dejaba en sesenta, pero que tenia que contarlos.Mientras han sido sobre la falda ( y la muy tramposa se ha puesto una falda vaquera), los ha contado sin problema. Pero eso solo han sido los diez primeros. Y a partir del numero veinte, le he bajado las braguitas hasta las rodillas.
Ha empezado a llorar enseguida, claro. Reconozco que esta vez le he azotado un poco mas fuerte. No puede ser que se atreva a imitarme , que haga bromas sobre la edad y la memoria, y que no tenga consecuencias.
Al terminar, he puesto el taburete en el rincon, y le he hecho estar diez minutos sentada. Despues,le he dejado tumbarse en la cama, y me ha pedido que la abrazase. Para mi sorpresa,se ha quedado dormida, despues de llorar un rato. A veces me preocupa, duerme realmente poco, y esta agotada.
Pero, despues de una siesta mas o menos larga, se ha levantado relajada, y sobre todo, muy calmadita, sin el estress habitual. Es increible lo bien que le sienta, a veces.

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