miércoles, 19 de junio de 2013

Travesuras y juegos de azar

Mi querida esposa cree, posiblemente, que yo me chupo el dedo. Ha vuelto a su antiguo hábito de trasnochar , cosa que le había advertido que no hiciera. En algunos aspectos, el estar en casa cuidando a la pequeña le viene muy bien, y en otros, muy mal. Por ejemplo,al no estar sujeta a un horario, hace lo que le da la gana en el tiempo que la niña le deja libre. El caso es que yo me voy a la cama, y me dice "no te preocupes, mi amor, solo miro dos cositas y enseguida voy". Ya tuvimos unas palabras, hace pocos dias, porque la niña lloró y oí como iba a atenderla, pero no la había sentido levantarse de la cama. Fue directamente desde el ordenador. Y se atrevió a esgrimir en su defensa el curioso argumento de que " total, ni siquiera eran las dos". El caso es que lo hablamos, y me prometió no reincidir. Ya sé en lo que suelen quedar sus promesas. Como suele meterse en chats, y hay más gente a la que conozco, no me resulto dificil conseguir que alguien me diese un chivatazo. Ayer, por la mañana, se lo dije. Le daba una última oportunidad de confesar, porque, a mediodia, iba a venir a casa, iba a entrar en mi correo, y me iba a enterar de hasta que hora habia estado conectada. Me saco su lado chuleta, por así decirlo, y me dijo que no estuviese tan seguro de que me iba a enterar de nada. Yo pensé que habia tenido la precaución de aparecer como invisible.Pero no era eso. Ella sabe siempre como empeorar las cosas. Cuando fui, horas después, a entrar a mi cuenta de correo, la encontré bloqueada. Le pregunté, y negó. ¿Qué tenia que ver ella con eso?. A ver si ahora iba a tener la culpa hasta de los problemas técnicos, etc, etc No me lo tragué. Sabía ocmo lo habia hecho. Intentando entrar un montón de veces con una contraseña falsa. Con el agravante de que conoce la contraseña auténtica, además. Lo había hecho para que yo tardase unas horas más en enterarme de lo que ella no quería que me enterase. Conclusión: Procedía que le fuese aplicado un buen castigo, o mejor dicho, dos. Pero ibamos a jugar a un pequeño juego. He encontrado una joya, podeis verla aquí:http://animeotk.com/punishment.php Da mucho juego, podeis creerlo. Se introducen los nombres de los implicados, y el motivo del castigo que ha de aplicarse, en las casillas al efecto. A continuación, vienen unos datos sobre la severidad del castigo, el número de implementos que van a utilizarse, y la descripción de los mismos.La posición que adoptrá la spankee, si los azotes se aplicaran vestida, parcial o totalmente desnuda ( aquí falta la opción del pijama). Y por último, si habrá castigos adicionales ( jengibre, copias, rincón, etc) Trasto no sería Trasto si no intentase negociar. Pero es que el juego se presta a ello. Le dije que entre 40-100 azotes, y eso no admitia discusión. Negociamos los implementos. Descartó la vara, pero si ella descarta un instrumento, el siguiente lo elijo yo, y sin discusiones. Elegí el cepillo y sabía que a continuacion, ella iba a marcar la mano... que tiene uncociente multiplicador de dos. Cuando se dió cuenta era tarde. Pero fui bueno, y le dije que no se preocupase. Que yo escogia el cinturón, que tiene un cociente de o,5.Habia que elegir otro más. Solo ibamos a usar tres, elegiriamos cuatro, y el azar decidiria.Escogió la zapatilla, y yo la veté ( tenemos una que es demasiado suave, tengo que hacer algo con eso). Escogí la paleta de madera, y entonces ella la vetó. -Bien, guapa. Elige tu, pero recuerda que, quien rie el ultimo rie mejor La regla fue el instrumento agraciado. Pero como venganza, incluí la posicion del pañal entre las posibles. Se que la odia. Como posibles estados de vestimenta, le veté la opción de totalmente vestida y la de recibir los azotes sobre la ropa interior. Y , como ya estaba harto de tanta democracia, marqué todas las demás opciones. LLegaba el turno de los castigos adicionales. Le correspondían, en mi opinión, varios. Por mentir. Por ponerse chula y por ser demasiado reivindicativa. Tres Fuimos vetando por turnos.Yo rechacé lo de mandarla temprano a dormir, porque es poco práctico, en nuestra actual situación. Ella quitó la opcion del lavado de boca con jabón.Yo eliminé lo de dejarla sin postre (tenía intención de preparar un sorbete de sandía, que sé que le gusta mucho).Cosas como los enemas, o quedarse sin tv o sin pc, no nos dicen nada a ninguno de los dos. Total, que quedaron disponibles las copias, el rincón, los azotes antes de dormir, y el jengibre ( protestó bastante por su inclusión, pero no le permití quitarlo de la lista). Una maravilla. Pulsas una casilla, y aparece una descripción del castigo. Aquí, cabe adaptarlo a los gustos de cada uno, claro. Pero mi querida esposa, finalmente, recibió (después de desnudarse de cintura para abajo),50 azotes con la mano, en otk. 15 con el cepillo, tumbada sobre la cama, y 16 con una correa, en la posición del pañal.Personalmente, el número me pareció algo escaso. Como castigos adicionales, tuvo un figging de unos minutos, una horita de rincón, y lo mejor de todo, siete días consecutivos de azotes extra con la mano antes de irse a dormir. Cosa que, en lo sucesivo, por la cuenta que le trae, hará más temprano de lo que venia haciendo.

domingo, 2 de junio de 2013

Normalidad

Llevo mucho tiempo sin escribir nada. Os podeis imaginar que ando bastante ocupada con la peque. Por suerte, pasados los primeros dias, no es tan petardilla ni exigente como nos pareció en un principio. La verdad, yo sabía que iba a tener ayuda con el bebé. No contaba con que casi tengo que pedir cita previa para acercarme a ella. Entre el papá y los hermanos, la verdad, hacen bastante. Sobre todo G. Parece mentira que sea su cuarta hija, se comporta como un primerizo.Va a ser la niña más mimada del mundo, si yo no logro evitarlo. Poco a poco, volvemos a la normalidad. Hay que plantearse volver al mundo y, en unos meses, no me va a quedar otra que escoger entre dejarsela a los abuelos o buscarle una guardería, porque la baja se me acabará. Pero, lo que los dos tenemos claro, es que tenemos que tener tiempo para el trabajo, para la familia, y para nosotros dos en exclusiva, por dificil que sea. Y en eso andamos. El embarazo terminó, ya estoy recuperada del todo, y hace una semana, G consideró que era el momento de mantener una conversación. Me aclaró que el tipo de relación que tenemos, el que ambos quisimos tener, sigue siendo el mismo. Sacó la famosa agenda que ha llevado durante estos meses, y me dijo que en primer lugar, no iba a tener en cuenta nada de lo que estaba apuntado allí, porque de hacerlo, tendría que castigarme a diario de aquí a final de año. Exagera, claro. ¡ni que yo me hubiese portado mal aprovechando el embarazo! Ja, ja.Para nada. El caso es que hacemos borrón y cuenta nueva, me dijo. Pero me aclaró que echaba de menos disciplinarme y que yo daba muestras continuas de irlo necesitando. Se lo negué, no sabía de que me hablaba, claro está. Lo cierto es que yo también lo echo de menos. El caso es que hay algo que, en este tiempo, se me ha descontrolado. La ironía. Antes, tenía bastante cuidado de no darle según que contestaciones. Pero a fuerza de llevar un tiempo sin reprimirme, ya no lo controlo.Además es algo que me sale solo, no lo puedo evitar. Y ayer él tuvo que ir al trabajo unas horas por la mañana y yo me quedé sola con la peque. El resto no estaba. Me preguntó si iba a salir y yo le dije que iba a llevr la niña a que la viese mi padre, que anda pachucho. Y cuando me preguntó a que hora ibamos a estar de vuelta, me molestó un poco ( siempre quiere saber por donde ando), y le dije: "mira, si vienes y no estamos, es que aún no hemos venido". En que hora. Me bastó con ver la cara que puso para saber que me había metido en un lío. La nena estaba tranquilita en el cochecito, y G me dijo que pasase al despacho, que me iba a explicar algo sobre lo que era una forma correcta de contestar y lo que no lo era. Se sentó en la butaca, y me dijo que me pusiese en sus rodillas sin rechistar. Al pronto, creí que había salido bien librada, porque solo me dió un par de docenas de azotes con la mano, sobre la ropa, y no muy fuertes. Pero me puso de pie de un tirón y se enfrentó conmigo. -Ahora, te vas a hacer esa visita y yo me voy a trabajar. Y luego seguimos hablando. -De eso nada- respondí- Ha sido una tontería, y ya te has pasado un montón -¿Me he pasado?. No, guapa. Le observé mientras cogia dos sillas y las juntaba por el respaldo. Fui a salir de la habitación, pero me dijo que me estuviese ahí quietecita, y salió. Le oí caminar, y hacerle un par de fiestas a la nena cuando pasó por su lado. Cuando volvió, traía un cinturón en la mano. -No, G... Por favor... -Ahora no. Tranquila Dejó el cinturón sobre la mesa -Ahora, nos vamos cada uno a lo nuestro. Y esta noche, cuando yo te lo diga, entramos aquí. Que creo que tenemos que repasar unas cuantas cosillas que has olvidado. Y las repasamos, claro. Estoy sentada escribiendo esto, pero no estoy nada cómoda. Al terminar, me dijo que habia sido muy suave, porque entiende que me tengo que volver a acostumbrar.Y me hizo poner un rato en el rincón antes de acostarme.