lunes, 17 de febrero de 2014

estaba ocupada

Llevo tanto tiempo sin escribir ninguna entrada que no sé si me voy a acordar de como se hace.
Poca inspiración, demasiadas cosas que hacer,lios laborales, lios familiares. No sé,pero de pronto no tenía tiempo de escribir nada aquí.
Por otro lado mi spanker se había vuelto así como demasiado exigente.Y eso también me añadía complicaciones. De pronto,me sacaba faltas mínimas. Los castigos eran más frecuentes, y a veces, más duros. Imaginaos, sobre todo las que sois spankees, llegar a casa y encontrar las almohadas apiladas sobre la cama y el cinturón preparado, y no una vez sino varias.
En el tiempo que llevo de convivencia con mi chico, siempre me ha azotado de forma regular. Porque es mi spanker. Porque, en ocasiones, merezco esos azotes. Porque el opina que los necesito. Unas veces los acepto de buen grado y otras me cuesta un poco más.No mre resisto demasiado a los castigos. Es mi spanker, y además, según nuestros pactos, tiene la ultima palabra-
Pero no siempre es igual. No siempre está una de acuerdo con los motivos, y no siempre resulta igual de placentero.
Soy spankee y vivo una relacion DD. Esto no significa que, en ocasiones, no em apetezca decirle a mi chico que la azotaina, en esta ocasion, que la reciba su tia. Me contengo. Las malas contestaciones agravan los castigos.La resistencia se considera una muestra de rebeldía. La resistencia verbal se interpreta, además, como impertinencia. O sea, que una vez la maquinaria se pone en marcha, no hay forma de pararla.
Yo esperaba que, con el tiempo, en algunas cosas se volviee más permisivo. Todo lo contrario. Cada vez hay más normas, por otro lado.
Ayer tuve el día para mí sola. Bueno, la mañana y parte de la tarde. Me dijo, expresamente,que no quería que me llevase el coche. Pero es que el domingo es el mejor día para circular, sin estacionamiento regulado, sin tráfico, sin historias. Y yo no pensaba beber, a fin de cuentas. Bueno, y tenía intención de llegar a casa antes que él, con lo que no iba a enterarse. Y me apetecía ponerme algo más primaveral,y como tampoco iba a andar por la calle, no pasaba nada por ir más ligera. Y por otro lado, dos cervezas , comiendo, tampoco es beber...
Yo pienso que cualquiera entiende esto. ¿Verdad?
Pues no. El señor spanker intransigente sabelotodo, que no solo alcanza la perfección en todos sus actos, sino que la pasa de largo y bate records, considero que en todo esto había desobediencia, intención de ocultarle cosas,imprudencia, y falta de cuidado hacia mí misma ( lo de siempre, ir demasiado ligera de ropa).
En estas circunstancias, una siempre intenta argumentar en su favor. A pesar de saber que va a ser inutil. Lo del coche ha sido por comodidad, quien no se toma una cerveza comiendo, eso no hubiese dado positivo, a lo mejor sería mejor tener un alcoholimetro en casa para que él hiciese sus comprobaciones, ya que era tan meticuloso.. Una mirada me hizo entender que no iba por buen camino. Aún insistí. Las demás habían bebido más y se habían ido conduciendo, y no iban vestidas de esquimales, tampoco...
-Tu hermana, y tus amigas, no son mi problema, reina.
Al decir esto, estaba remangandose la camisa. Mal asunto
--por otro lado, no dudo que esas señoras hagan cuanto les de la gana, sin temor a las consecuencias. Porque no tienen a nadie que se ocupe de poner un poco de orden y de disciplina en sus vidas. Pero TU, si lo tienes.
Esperaba que me dijese que tenía que ponerme el pijama. No lo hizo. Supongo que para no perder tiempo.Acabé en sus rodillas, con la cebaza muy cerca del suelo. ¿Había sido buena idea ponerme esa falda tan ligera?. Hubiese dado igual, porque me la subió después de unos cuantos azotes.
INcomodísimo. La ropa de calle estorbando, la falda, arrugandose, los pantis y las bragas bajados, y la mano cayendo sin parar. Cuando me llevó, algo bruscamente, hacia el rincón, intenté colocarme la ropa. Me paró en seco.
_No te arregles nada. Quitateló.
Mala cosa.
Me quité todo de cintura para abajo, pero no le bastó. Me hizo quitarme la blusa y el sujetador
Sabe que odio que me azote totalmente desnuda. Y lo hace para que, como él dice, el castigo sea más efectivo. Me quedé en el rincón un buen rato.
Cuando me dijo que me pusiese en la cama, vi que habia colocado las almohadas en en borde. Y tuve que ponerme doblada, con las piernas fuera de la cama y el culo en alto.
Me preguntó cuantos correazos creia merecer. "Ninguno", no es una buena respuesta, lo sé muy bien.
Le dije, algo llorosa, que eso era algo que tenía que decidir él. Pero que tuviese en cuenta que ya me dolía mucho.
Me dijo que no colaba, y que adoptase la posición.
No los conté. Me limité a recibirlos. Al principio, me repetía una y otra vez, que la próxima vez que él me dijese que no tenía que irme con el coche, recordase esta corrección. Después me preguntó si iba a intentar engañarle de nuevo. Le juré varias veces que no, que era algo que no volvería a ocurrir.Y terminó el castigo con un par de azotes en los muslos, diciendome que, hasta que estuviesemos en primavera, nada de tejidos ligeritos ni faldas cortas.
De pronto,ya no estaba recibiendo azotes con el cinturón. Me quedé quieta, pues no le gusta que me mueva hasta que me diga que puedo hacerlo.
-Cien lineas, Trasto.Me escribes cien veces "La próxima vez, seré azotada con el martinet". ¿entendido?
-Sí
-Puedes levantarte. Descansas cinco minutos, y te sientas a hacer esas copias.


lunes, 3 de febrero de 2014

Lo que importa y lo que no importa

Hola de nuevo.
Por fin me he animado a escribir otra vez. Lo cierto es que la última vez que lo hice, no pasaba por un buen momento.
Imagino que esto es algo que en la vida le pude suceder a cualquiera. Hay altibajos de todo tipo. En el dia a dia, por un lado, ocurren cosas que nos afectan y que influyen en nuestra vida de pareja, porque, si no estamos bien, normalmente no somos una buena compañía.Y aparte de eso, hay elementos perturbadores que a veces, han aparecido con el único fin de perturbar, y lo consiguen.
Total, que después de esa entrada tan pesimista, mi chica me dijo eso de "tenemos que hablar".Creo que es una de las frases que más miedo pueden dar. El caso es que me aclaró cosas. Me dijo que yo me estaba olvidando de que era lo que realmente importaba, y eso me indignó. Porque desde mi punto de vista, era ella la que lo estaba olvidando. Pero me aclaró que no es así.
Fueron varios dias de conversaciones y de sacar trapos sucios. Y acabé por entender que, si bien no tenía que temer las cosas que estaba temiendo, lo cierto era que habia habido una serie de transgresiones.Mi mujer había hecho algo, según ella sin importancia, pero era algo que expresamente se habia dicho que jamás debia ocurrir.
Incluso al contarmelo, ella tenía claro que iba a recibir un buen castigo por ello. Y cuando le dije cual iba a ser ese castigo, pareció aceptarlo.
En su día habiamos prescrito el uso de la vara, pues a ninguno de los dos nos gustaron sus efectos cuando la probamos. Le dije a Trasto que iba a recibir doce azotes, porque seis me parecín poco. Como se puso a pleitear, la cuenta subió a dieciocho.
No me gustó hacerlo. Y desde luego, a ella no le gustó que lo hiciera. Yo lo entendí como algo justo y necesario.
Como hombre, no soy infalible. Como spanker, al parecer, tampoco. Como marido debo ser un autentico desastre, y mi vida pasada lo demuestra. Nada más terminar, cuando vi que Trasto se quedaba dormida a base de llorar, me pregunté si realmente había sido necesario.
Esa misma tarde, ya me hablaba, aunque no necesariamente con normalidad. Estaba tensa.Al dia siguiente, no me quedaban dudas de que estaba enfadada y resentida. Pero yo seguia en mis trece: se lo había buscado ella solita.
Al cabo de tres o cuatro dias,noté que se ocultaba para que no viese las marcas. Las había visto al principio, y sabía que no era algo demasiado grave.Pero me dolió que no me permitiese verla. Y ni hablar de que me permitiese tocarla. Eso sí, lo que había ocasionado el problema, parecía bajo control. Con lo cual yo estaba medianamente satisfecho con los resultados.
Explotó al cabo de unos días, mostrando su enfado sin reparos. Gritandome, llamandome bestia, diciendo que me había pasado un montón. Y algo, que se me quedo grabado: No admitía que volviese a azotarle con la vara nunca más. Si volvía a suceder, lo consideraría un maltrato.
Me costó calmarla, y calmarme a mí mismo.
En toda relación de este tipo, existen unos límites. Y es un error dejar que esos limites se olviden, con eso de la confianza.
Y ese había sido el problema. Por ambas partes
Volvimos a hablar. Bueno, yo volví a hablar. Ella me daba la espalda, sin querer siquiera mirarme.
Por mi parte, le dije,los castigos físicos volvían a lo habitual.Me deshacía de la dichosa vara en ese momento. Furiosa, me dijo que eso no le servía de nada porque podía hacerme con otra, cuando quisiera, como habia hecho en esta ocasion
Era cierto. Pero no iba a hacerlo.
Ahora bien, las cosas que tenemos pactadas, le aclaré, seguimos teniendolas pactadas. Y lo que no se puede hacer, sigue sin poder hacerse.
Además ella es mi spankee, le aclaré. Lo que no me da derecho a darle con la vara si en su momento acordamos que no iba a hacerlo.
-Eso sí, cielo... Si te sigues comportando como lo estás haciendo ultimamente,vas a cobrar, y muy a menudo.
Me miró,sorprendida. No sé si estaba pensando hasta ese momento que lo sucedido le daba una especie de bula.
Pero Trasto no sería Trasto si no pleitease un poco. Me estuvo diciendo que yo era, al parecer, demasiado estricto en una serie de asuntos. Y acepté discutirlos.
No se salió con la suya en cuanto a la hora de dormir. Realmente duerme muy poco.Si acepté que. de forma muy ocasional, puede irse a dormir media hora mas tarde. No siempre. No todos los dias. No sin hablarlo antes, porque habrá veces que ella quiera acostarse m´s tare, y yo no esté de acuerdo.
No le permito que borre las conversaciones que tiene por messenger, porque yo no descon fio de ella, pero si de la otra persona que toma parte en esas conversaciones.
Admito que no tengo derecho a mirar el historial de navegacion para ver por donde se ha movido. No estaría de más, le dije, que lo borrase, por si acaso alguien más hace uso del ordenador
Por último: es mi spankee, además de mi mujer. De manera que cuando yo considere que necesita unos azotes, ya sea porque merece un castigo, porque necesita una llamada de atención, porque sea necesario prevenir posibles comportamientos indeseados, o porque, simplemente me creo que le vaya a venir bien en ese momento, ella tiene que aceptarlo. Observo, en los ultimos tiempos, bastantes indicios de desobediencia,probablemente, inducidos desde fuera.
Esta misma mañana hemos trabajado un poco sobre eso. Un par de contestaciones inadecuadas me han hecho tomar cartas en el asunto. Me he ido al trabajo relajadisimo, dejandola algo más docil y algo más calentita, para que vaya aprendiendo. Pero en su cara no había ni rastro de enfado ni de mal rollo.