martes, 1 de noviembre de 2011

En tu sitio

Como spanker, puedo hablar con conocimiento de causa si digo que un spanker debe saber estar en su sitio en toda ocasion. Y no es tan facil como parece.
Llevo muchos años siendo spanker, mas de 20.Pero nunca hasta hace poco habia tenido la suerte de vivir con una spankee. Para mi, muchas cosas son nuevas.
Está claro que mi spankee sabe que soy estricto, y que no dudo en azotarla si incumple las normas.Me va conociendo, y sabe que una falta es una falta, y que una azotaina de las que puedo darle en plan cotidiano no tiene nada que ver con lo que puede recibir si comete una falta grave.
Y considero faltas graves cosas como la perdida de control, los gritos, la excesiva ociosidad, la desobediencia, la falta de educación,la impuntualidad, la impertinencia, la imprudencia, y otras muchas que no recordaré en este momento. Pero sobre todo, lo que no aguanto es la mentira.
Para mi, el saber estar en su sitio por parte de un spanker incluye no dejar de propinar una azotaina merecida, sin dejarse llevar por suplicas ni promesas. Es más, para mi, como norma, nada de lo que diga o haga mi spankee puede interrumpir ni minorar el castigo. Y ella lo sabe muy bien.Pero a veces, saber estar en mi sitio también incluye saber moderarme, aplazar el castigo, e incluso suspenderlo.
Mi spankee ha estado pachuchilla ultimamente. Felizmente, ya esta mejor. Yo me preocupo mucho por ella, cosa que es mi obligacion, por supuesto. Pero he aqui que de repente, la noto nerviosa, la noto con angustia, con cierto sentimiento de culpabilidad. Ella no sabe ocultarme nada, yo lo se. Asi que le pregunto abiertamente si tiene algo que confesar.Pone cara de susto, y niega. Pero, finalmente, me reconoce que si, que ha hecho algo muy malo.
Le pido que me cuente pensando que será una chiquillada, que podamos saldar con una azotaina en otk. Pero duda, y finalmente me dice que me lo va a contar. A condicion de que no le guarde rencor por ello. Tras varias preguntas, entiendo que acepta que la castigue por lo que sea que ha hecho, siempre y cuando le prometa que no voy a seguir enfadado con ella después.
Hasta aqui, ningun problema. Solucionar los conflictos mediante un castigo fisico adecuado a la falta tiene, para mi, esa ventaja. Después, borron y cuenta nueva.
Empieza a hablar, y mientras lo hace, siento como me voy enfadando. Porque el tema es grave. Sale a relucir una imprudencia con el coche y, lo que es peor, mentiras.
¿ Que hago ahora?, pienso. Porque, si me atengo expresamente a la falta, esta no se vuelve a sentar en un mes. Pero con lo mal que ha estado ultimamente, me pregunto si no sería mejor pasarlo por alto esta vez... pero no,la imprudencia no la debo pasar por alto. Y la mentira... ella sabe muy bien como se castigan las mentiras en esta casa.
-Dime..-le pregunto. -¿ que tengo que hacer contigo ahora?.
-Supongo que me vas a zurrar.
-Supones bien-suspiro.
La llevo hasta una silla, pero no la tumbo sobre mis rodillas. Lo que hago es sentarla en mi regazo y empezar a reñirla. Tras un cuarto de hora poniendome serio, hablandole con firmeza, pero con dulzura, la hago levantar y rodeandola por la cintura, la obligo a inclinarse sobre mi hombro. Y así, manteniendola abrazada al tiempo, le propino dos sonoras docenas de azotes. No la envio al rincón a continuacion. Nada de descansos. Ahora si debe tumbarse en mis rodillas. Tras una breve riña le dejo el culo al aire, y vuelta a empezar.
No llora. Solo se queja un poco en los ultimos. Debo aclarar que aun no tiene motivos para llorar. Esto ha sido una zurra casi de juguete.Le hago incorporarse, me levanto, y me encaro con ella.
-Esto, para que aprendas a no ser imprudente. ¿ Lo vas a volver a hacer?
-No. Lo juro.
-Vale. Y ahora, dime. ¿ recuerdas como castigo yo las mentiras?
Se pone blanca. Está claro que si , lo recuerda.Y si no lo recuerda, el verme quitar el cinto le dará una idea, supongo.
-No lo voy a hacer más... por favor.
-Inclinate sobre el brazo del sofá para recibir tu merecido.
Obedece al instante. Casi me cuesta trabajo , pero le doy una buena tanda de correazos, para que aprenda a no mentir.No demasiado fuertes. No ha estado bien, y es tarea del spanker estar en su sitio, y tener en cuenta las circunstancias. Pero pobre de ella si vuelve a mentirme.

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