viernes, 23 de diciembre de 2011

El dilema del hombre mas feliz del mundo.

Ese soy yo , amigos.
Lo repito hasta hartarme, tengo una suerte que a lo mejor no merezco. Pero voy a disfrutarla todo lo que pueda.
Trasto me ha hecho muy feliz desde que vivimos juntos, y en los ultimos dias mas todavia.Precisamente por eso, igual he bajado un poco la guardia. Pero nunca es tarde para enderezar lo que se tuerce.
Toda la semana de retrasos, y alguna respuesta ironica que otra, me hicieron pensar que le estaba haciendo falta "una de las buenas".Pero claro, como soy tan feliz, es facil convencerme. Vamos que me dejo llevar al huerto con facilidad. Se pasa de la raya, y con un par de pucheritos lo arregla todo, y sale del asunto con unos cuantos azotes que ni siquiera pican demasiado.Y al dia siguiente, vuelta a las mismas.
Hasta hoy.
No me da la gana que se vaya de compras navideñas al salir del trabajo. Son dias duros, y lo que tiene que hacer es venir a casa y descansar un poco. Que yo, por ella, hasta voy de compras con la sonrisa en la boca.Pero no, ella es asi, si dice que se va a comprar cualquier cosa, se va. Y luego yo tengo que creerme que paro a comer en algun sitio, a pesar de que no sabe precisarme donde , y que fue lo que comió.
No se lo he dicho una vez, sino muchas. Pero como es muy lista, siempre se habia librado. Hoy, le fallaron los calculos, y su chaval se fue con su padre antes de la hora prevista. Así que yo vengo del trabajo, esperando encontrarla en casa, y no está. Y ella, cuando llega, esperando encontrarnos a mi y al crio, cargada de bolsas, y acelerada, me encuentra a mi solo.El niño ya le habia llamado para decirle que se iba antes, pero otra cosa es la puta costumbre que tiene de llevar el movil apagado.
Necesité tres minutos para quitarle las bolsas de las manos e informarle de que su hijo no estaba, de que recordaba haberle dicho que no podia hacer lo que estaba haciendo, y de que a continuacion, le iba a dar tal azotaina que le iba a dejar el culo morado. Intentó arreglarlo a base de cariñitos, pero no le sirvió.
Cuando vio que la cosa iba en serio, no se resistió. Es algo que me encanta, aunque no siempre lo hace.Cuando veo que me deja colocarla en mis rodillas, y adopta la posicion sin protestar, me parece la mujer mas valiente del mundo. Y cuando empiezo a azotarla y se limita a llorar sin armar demasiado escandalo, siento que la amo como nunca he amado a nadie.
De todas formas, era un castigo, aunque no de los mas graves. De manera que despues de la mano, hubo cepillo, después rincón, y a continuación algo que lleva muy mal:Castigada a dormir la siesta hasta que yo considere que ha descansado lo suficiente. Sola.Y mañana por la mañana, antes de irnos ambos al trabajo, diez minutos de azotes, cronometrados,por no llevar el movil encendido.
Y la proxima vez, será peor , ya lo sabe.

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