domingo, 8 de enero de 2012

Cuando no estamos de acuerdo

Esto es difícil de explicar, y no me gustan las malas interpretaciones.
En principio, todo debe ser consensuado, y lo es .Pero a veces hay conflictos. Seria difícil que no los hubiese, porque mi mujercita tiene un carácter de mil demonios.
Parte de nuestro acuerdo incluye que la ultima palabra sobre los castigos, en caso de no estar de acuerdo, la tengo yo. Lo pactamos así en su dia. Yo intento explicarle que es lo que ha hecho mal , como espero que se comporte en lo sucesivo, y también como y por que va a ser azotada a continuación. Me gusta que me escuche, que lo entienda, y que acepte su castigo. Si esto no es así a la primera, trato de razonar. A veces, lo entiende al cabo de un rato. Si aun asi, no llegamos a un acuerdo, le recuerdo el acuerdo inicial."Vale, no estás de acuerdo, siento que no lo entiendas, que no asumas las consecuencias. Aun asi, echando mano de lo que decidimos en su dia, has cometido esta falta y voy a azotarte por ella".
Si al llegar a este punto, ella sigue negándose, puedo dejar todo en suspenso. No la obligaría a adoptar la posición para unos azotes, por ejemplo.Yo puedo cogerla y ponerla en mis rodillas, pero nunca usando la fuerza bruta.Eso, ni hablar.
En el fondo, es buena. Así que llegados a ese punto, suele ceder, a regañadientes. Pero tiene la irritante costumbre de protestar.
Asi que hoy, hemos tenido un episodio de estos. Ha tenido un mal gesto, la he reñido, y le he dicho que le tocaban unos azotes para que se lo piense mejor de aquí en adelante. Y me ha negado haber hecho gesto alguno.
Hasta ahi podiamos llegar, se lo que he visto. La muy cabezona, lo que quería era tener razón a toda costa.No le hubiese importado recibir esa zurra, pero el caso era tener la ultima palabra. Y segun hemos seguido hablando, las cosas se han puesto peores para ella.
Al final, le he recordado mis prerrogativas, claro. Y como no soporto la rebeldía, le he dicho que, con desacuerdo o sin el, iba a ir al dormitorio a buscar un cinturón, y al volver, quería verla doblada sobre el respaldo del sofa, con el pijama bajado, y no había mas que hablar.Me conoce, y sabe que no hubiera sido buena idea que volviese y no me hubiera hecho caso.
En el salón, domingo a mediodía.. he tenido que poner la tele bastante alta. Esperaba que llorase, y lo ha hecho. ..pero al mismo tiempo, me decía que estaba siendo injusto, que no había derecho, que era un animal, etc, etc.
Total, un domingo bastante intenso. Porque del sofá, paso al rincón, y luego, otra vez al sofá, y como seguía en sus trece, después de otro rato de rincón, a mis rodillas, y ahí ya parecía que iba a limitarse a llorar y a aceptar, pero le he oído insultarme entre dientes...Y se me acabo la paciencia.
-Ahora mismo, vas tu solita a buscar el cepillo.
La perspectiva de recibir con el cepillo después de todo lo que llevaba ha debido resultar demasiado. Me ha pedido perdón inmediatamente.
Le he dicho que si, que le perdonaba, pero que aun asi, fuese a buscar el cepillo. Ha ido lloriqueando, me lo ha traido, y cuando la he vuelto a colocar en mis rodillas, temblaba.
Solo le he dado cuatro azotes suavecitos, y le he explicado que en realidad, quería estar seguro de que me obedecía. Y que se libraba porque no iba a darle mas de lo que pudiese soportar. De manera que espero que no haya mas gestos raros por su parte.

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