jueves, 2 de febrero de 2012

Perdon.

Llevo mas de quince minutos en el rincón, y no puedo parar de llorar. Ni siquiera esta conmigo en la habitacion, está en el salón, viendo un informativo en la tele. En la practica, no tengo problemas en cambiar de postura, tal vez incluso podria dar unos pasos por la habitación.Pero no.. lo que me urge no es abandonar el rincón, es que me perdone. Que me abrace y me diga que me perdona.
Ni siquiera se si ha terminado de azotarme, y en realidad,no me importa. Posiblemente no vaya a pegarme mas, ha sido bastante duro ya. Pero nunca se sabe. Lo que sea, con tal de que acabe por abrazarme y decirme que todo está olvidado. Que sabe que yo no queria decir las cosas que he dicho, que no queria gritarle, ni tirarle ese libro a la cabeza.Nunca le habia visto esa expresion de ira,me asustó. Ni me resisti cuando me agarro del pelo y me trajo hasta el dormitorio, y eso que ya sabia que me esperaba un castigo fuerte. Me azotó tan fuerte que al rato, dijo que se habia hecho daño en la mano, pero que no habia terminado ni mucho menos.Me ordenó que me quitase la ropa,ahí protesté, sabe que odio que me haga desnudar totalmente par azotarme,pero por eso mismo, para el es un modo de hacer mas duro el castigo. Mientras me quitaba las ultimas prendas, vi, muerta de miedo, como se enrollaba el cinturon en la mano.Me acoste sobre una de las almohadas, la otra me vino bien para morderla durante los muchisimos azotes que recibí.Le pedí perdon varias veces, llego un momento que ya el llanto me impedia hablar.
Oigo sus pasos, y se abre la puerta de la habitacion. Se ha parado detrás de mi. Finalmente, me dice que puedo darme la vuelta y, cuando lo hago, me ordena mirarle a los ojos. Le esta saliendo un chichon en la frente. Joder.. ¿por que no sere capaz de contenerme a tiempo?.
-¿Tienes algo que decir?.
-Lo siento mucho...no queria, no debi, no se que me paso,de verdad...¿te duele?-alargo la mano para tocar el chichon, sin llegar a hacerlo.
-No.
Al fin, me abre los brazos, y me refugio en ellos, aliviada.
-Mira, esto no puede ocurrir. Lo primero, tirarle algo a la cabeza a alguien, es correr el riesgo de lesionarle. Y lo segundo, a mi me tratas con un minimo de respeto, porque si no sabes hacerlo, ya te lo voy a enseñar yo. ¿Está claro?
-Si.
-Pues ahora, entra en el vestidor, que aun te falta una dosis de vara para que no lo olvides mas.
Le obedezco, intentando que no se me note temblar.

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