lunes, 11 de noviembre de 2013

FRECUENCIA

Cuando yo era un spanker ocasional, que se limitaba a jugar cuando era posible y encontraba con quien, en ocasiones pasaban meses sin que tuviese la oportunidad de dar unos azotes. No solo se trata de encontrar la compañía adecuada.Y eso ya es dificil.Sino que además, y en contra de lo que muchos pensarán, la vida se compone de muchas cosas, y el spanking no es,para los spankos, lo prioritario. A veces simplemente no se dan las circunstancias adecuadas, o no pensamos en ello. Esto fué así hasta que conocí a Trasto,claro. Hubo mucha afinidad desde el principio. Recuerdo que, nada más despedirme de ella, tras nuestra primera sesión, yo ya estaba deseando repetir. No había, por parte de ninguno de los dos, otra relación. De manera que podiamos quedar con relativa libertad, cuando nos viniese en gana. Si habéis tenido una relación de este tiposabréis con cuanto tiento se va en los primeros encuentros. En unas cuantas oportunidades azoté a Trasto casi con delicadeza. Al principio me daba miedo pasarme. Y también me daba miedo no llegar. Yo estaba encantado, y pensaba,tal vez un poco irracionalmente, que aquello era como un sueño de cristal que en cualquier momento podría romperse. De pronto empecé a notarla diferente. Por un lado, tuve muy claro que empezaba a sentir algo por ella. Y estaba casi seguro de que era algo reciproco. Y por otro, yo quería ir a más en el juego. Empecé,medio en broma, a decirle que me iba a ver obligado a ser m´s duro con ella. Y su actitud provocativa no dejaba lugar a dudas. Así que un día le dije "vas a ponerte en mis rodillas ahora mismo, y esta vez te voy a zurrar muy en serio". Se ha escrito mucho sobre si todos los spankers sabemos o no dar los azotes de forma adecuada. Pero lo que no se suele decir es que no todas las spankees saben recibirlos igual de bien. Ella era perfecta. Sin pataleos escandalosos, sin actitudes inmoviles cual estatua de piedra. Sin chillidos exagerados, y sin silencios ni risitas tontas.Me quedé maravillado, viendo como su espalda se arqueaba levemente y adoptaba la posicion para recibir bien el siguiente azote.Como sus gemidos iniciales, cuando los azotes aún erán suaves ,se convertían en leves quejidos,posteriormente no tan leves.Recuerdo el momento en que la puse de pié, y vi el brillo de las lagrimas en sus ojos. Le pregunté si me había pasado, y me respondió que no. A medida que se incrementó la dureza de los azotes, vi claro que había que tener cuidado con la frecuencia de los mismos. Sobre todo, cuando ya viviamos juntos, y las azotainas ya no eran siempre de juego. Los azotes de castigo dejan marcas.Y eso obliga a espaciarlos, claro. Las primeras veces me asusté al ver las marcas, pero poco a poco ambos nos fuimos acostumbrando. Incluso cuando se trata de un castigo, ella recibe igual de bien los azotes.Es importante aplicar el castigo sobre la piel desnuda, para ver la evolución. No me gusta dejar marcas que duren demasiado tiempo.Es algo innecesario, en realidad. La pauta la suele marcar ella. Porque una cosa tengo muy clara: Si han pasado pocos días desde la ultima zurra, y su comportamiento indica que necesita otra, es que es el momento de darsela. Lo he hablado con ella varias veces ( es bueno, después del castigo, hablar sobre los motivos y sobre como podíamos haberlo evitado). En realidad, ella sabe cuando se lo merece. Es más, a veces me ha reconocido que aunque esté pidiendo que le perdone el castigo, lo que espera de mí es precisamente, que no lo haga. De manera que he comprobado que, todo lo que sea menos de una vez a la semana, es insuficiente para ella. La semana pasada tuve que castigarle muy en serio. Tanto, que ni siquiera le dí todos los azotes que merecía de una sola vez. Y parecía que había aprendido, porque durante toda la semana ha estado genial. No he tenido que insistir en que se acostase a su hora, ni una palabra malsonante, ni un mal gesto. Hasta el otro día. No se le ocurrió otra cosa que faltarme al respeto, y además, delante de los dos chicos mayores.Lo cierto es que, teniendo en cuenta que le había sacudido a base de bien una semana antes, hubiera sido mejor dejar pasar un par de dias más. Pero si se la gana, se la gana. De manera que le dije que se iba a enterar en cuanto estuviesemos a solas. El caso es que vi claramente que esta vez lamentaba habersela ganado tan rápido.Se puso a remolonear, haciendo otras cosas, con tal de no coincidir conmigo en la misma habitación. Hasta que me cansé.Me acerqué a ella, y le dije que dentro de cinco minutos, quería verla en el despacho. Empecé con la mano, pero no era suficiente, dada la gravedad de los hechos. Hice una pausa, e iba a pedirle que se acostase sobre el brazo del sofá. Pero lo cierto es que la vi asustada, mientras me quitaba el cinturón, y me suavicé un poco. Lo doblé bien, volví a sentarme en el sofá, y le hice una seña. Volvió a ponerse sobre mis rodillas sin rechistar. Le di un montón de azotes con el cinturón, pero lo hice despacio, riñendole al mismo tiempo. Pronto, empezó a llorar más fuerte. Pero en todo momento, mantuvo la postura adecuada.En una de las pausas, se disculpó por lo que había hecho. Me pareció sincera, y la verdad, tenía el culo ya bastante rojo. Así que decidí que ya bastaba. Esta mañana, estaba de lo más dulce y tranquilita. Espero que le dure la buena actitud. Me gustaría dejar pasar unos cuantos dás antes de volver a azotarle. Pero ella es quien decide.

7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Es ella quien decide? Esta entrada suena a dejá vù. Si no innovas, Trasto va a terminar por aburrirse... Saludos. J. B.
    ResponderEliminar

    ResponderEliminar
  3. Me temo que criticar es más fácil que escribir, y contemplar es más fácil que vivir.Luego le pregunto si se aburre, pero me da que no se aburre nada.
    Saludos
    Germán

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es posible mantener un diálogo razonable si se me borran todas las intervenciones. Cambio y cierro. J.B.

      Eliminar
  4. Como vuestro blog ha dado en enviar mis comentarios al cesto del spam, tu respuesta ha quedado sin sentido. En otro orden de cosas, escribir es compatible con criticar, y contemplar es compatible con vivir, te lo aseguro. J. B.

    ResponderEliminar
  5. Estimado JB:
    Ignoramos el motivo de que tus comentarios vayan a la bandeja de spam. Trasto dice que ha rescatado comentarios tuyos en otras ocasiones,y que no tiene ni idea de por que siguen apareciendo como spam.
    En otro orden de cosas, te pediría, querido lector, que fueses un poquito más paciente. Porque resulta que yo tuve que trabajar por la tarde, y he recogido la nena a las ocho. No me ha dado tiempo a estar mirando el blog. Y mi mujer acaba de llegar. De manera que no es imprescindible que te sientas molesto si un fallo técnico o lo que sea tarda más de diez minutos en resolverse.Acabo de solucionarlo yo, porque no me da la gana que mi chica se tenga que poner a hacer nada relacionado con el blog antes de quitarse siquiera los zapatos. Y ahora, con tu permiso, vamos a cenar.

    ResponderEliminar
  6. Espero que hayáis disfrutado de la cena, y de la sobremesa. Como resulta que la hora del comentario queda recogida, puede apreciarse sin dificultad que no ha sido cuestión de 10 minutos, como dices; a lo largo de la mañana y de la primera tarde he podido comprobar cómo mis comentarios iban desapareciendo uno tras otro, hasta el punto de que a veces quedaban respuestas a comentarios desaparecidos. No era la tardanza en resolver lo que me incomodaba, sino el sinsentido, y la imposibilidad de mantener una comunicación lógica. Creo, querido anfitrión, que eres poco prono a aceptar no ya críticas, sino constatación de fallos, de los que desde luego, no os hago responsables. Fíjate que a las 16:49 dije "cambio y cierro", y no he vuelto a decir nada, aunque la reparación no haya llegado hasta las 22:20. Una vez aceptada la situación yo no tenía ninguna prisa. Lamento haberte incomodado. Buenas noches.

    ResponderEliminar